

Nomadismo
Tradición pastoral
El dromedario ha estado, desde siempre, al lado del hombre, cuando éste funda la “civilización del desierto”. La gran tradición pastoral beidán ha venido forjándose a lo largo de los siglos, a la luz de la transmisión de saberes y de conocimientos, frutos de este lazo intrínseco entre el hombre y el dromedario.
Los hombres de las nubes están en permanente búsqueda de lluvias provechosas. Iban a desarrollar una excelente capacidad para la lectura de los territorios, para habitarlos, para recorrerlos y para hacerse nómadas en ellos, dando muestra de un perfecto conocimiento de los complejos códigos sociales del mundo beidán.
Las tribus nómadas del Marruecos sahariano se entrecruzan en una densa red de alianzas y de parentesco, y sus ejes de trashumancia están encauzados tanto por las exigencias sociales como por la abundancia de los pastos. Estos últimos, en los que se mueven, constantemente, los pastores nómadas, son un herbario abierto cuyas características son conocidas de padre a hijo. Todos conocen las plantas benéficas para ellos como para su ganado, y las venenosas o no comestibles, talh(acacia), askaf (Nucularia perrini), hadd (Cornulaca monacantha), etc.
Las plantas acuáticas, en cambio, están totalmente ignoradas y no gozan de ningún interés del pastor nómada, que las denomina todas y sin distinción “hchich elma” (hierbas del agua).


